Jacinto Granda en la memoria.

Foto: Ricardo López Hevia

 El periódico Granma, Órgano oficial del Partido Comunista de Cuba. Destaca en su edición que circula éste miércoles 23 de diciembre una triste noticia, la muerte de mi compañero y amigo, Jacinto Granda, todo nobleza, firmeza de carácter, lealtad revolucionaria a toda prueba, profesional distinguido con el Premio nacional de periodismo José Martí por la obra de la vida, Granma, al que pertenecí durante casi veinte años desde su fundación en 1965, ya había despedido de éste mundo a Isidoro Malmierca, su primer Director, tras fusionarse los matutinos, Revolución y Noticias de Hoy. órganos respectivamente del Movimiento 26 de julio y el  Partido Socialista Popular. Años después el relevo de Malmierca, el Capitán del Ejército Rebelde Jorge Enrique Mendoza, también  nos dijo adiós.  

A continuación, transcribo párrafos de la nota necrológica de Granma. 

Jacinto Granda nacido el 6 de junio de 1945, fue dirigente de la Asociación de Jóvenes Rebeldes, en su frente estudiantil; en la UJC fue miembro del Bu­ró Nacional y funcionario en el trabajo de la prensa y desde la fundación de Juventud Re­belde, fue acogido como periodista en ese medio, donde terminó siendo su director. Tam­bién laboró en el Comité Central del Par­tido.

Tras su paso por la dirección de Granma, Jacinto ocupó las responsabilidades de vicepresidente del Instituto Cubano del Libro; el mismo cargo lo tuvo en la agencia de noticias Prensa Latina, en su área editorial, donde la­boraba hasta el momento de su deceso.

Por su labor profesional fue merecedor del Premio Nacional de Periodismo José Martí, por la obra de la vida. Jacinto regó con su sencillez y hermandad cada espacio de nuestras redacciones, uniendo voluntades.

Sencillo al vestir, de gesto pausado igual que su verbo, amistoso incluso cuando era pre­ciso poner la exigencia y el deber en sus puntos máximos. Así, fue incapaz de remarcar su calidad de director del centro para ha­cerse respetar, porque con su imagen de gente buena, amable, apacible y al mismo tiempo recta, laboró un espacio profundo en nuestros corazones.