Premier 12: Eutanasia (+ Estadísticas)
Víctor Mesa, hizo equipo de beisbol, regresan a casa, tristes y cabizbajos.
Michel Contreras, nuestro admirado y querido colega (a quien felicitamos por la conquista del premio periodístico González Barros 2015) nos relata momentos del puntillazo de Corea en éste amanecer de lunes, 16 de noviembre. Aquí el texto de CUBADEBATE.
Por: Michel Contreras
A las nueve con ocho minutos de la mañana en Cuba, Sudcorea nos apagó la respiración artificial. Había sido una larga agonía –inclusive ante la endeble selección de Italia-, y de alguna manera se imponía el final. Quede como consuelo, al menos, que la derrota no fue sorpresiva, ni el score de 7×2 suena humillante. No para el desnivel cualitativo entre ambas escuadras.
Highlights
*Era de prever: los coreanos bateaban demasiado. Mejor dicho, lo suficiente para llenar de agua el bote. Cayeron tempranamente encima de Frank Monthiet, que se quedaba alto con la recta, y después despacharon también al fatigado Liván Moinelo. Un hit detrás de otro hicieron cinco anotaciones, y tan pronto como en el segundo episodio ya estábamos fuera del Premier.
*Jugando en el grupo (por mucho) más complicado del torneo, Sudcorea llegó al choque con indicadores colectivos superiores a Cuba en average, jonrones, slugging, bases por bolas recibidas, porciento de embasados, efectividad monticular y cantidad de ponches. Ojo con un detalle: pese a estar ubicada en una eliminatoria junto a escuadras de poco calado, la rojiblanca fue la segunda novena que menos anotó en todo el evento (solo por encima de la Azzurra). Fabricar carreras –esto es, dominar al dedillo cada paso en la receta- sigue siendo la gran asignatura pendiente.
*Hay momentos en los que sale a relucir la falta de rutina. Nos pasamos el evento regalando outs en las bases, y hoy fue clave lo acontecido en el quinto episodio, cuando perdíamos 5×0. El abridor rival había perdido localización en los envíos, hubo una rebelión y el hit de Stayler Hernández trajo la primera. Sin embargo, Osvaldo Vázquez intentó llegar a tercera con esa conexión, y su osadía sirvió para que el jardinero derecho exhibiera una escopeta formidable. La posibilidad del rally había muerto.
*En los torneos cortos, la flexibilidad es básica para aspirar al éxito. No se puede aferrar uno a un line up, ni a una rotación. A nada. Tal vez llevan razón los que hablaban de abrir con otro pitcher, aunque fuera Monthiet el que tocaba. Y muy posiblemente hicieron falta cambios en el orden al bate. Por ejemplo, Stayler debió ser el hombre proa, habida cuenta de su buen momento. Y lo mismo el tercero que el cuarto maderos pudieron ser bajados en la alineación: entre Yuliesky Gourriel y Alfredo Despaigne apenas empujaron cuatro carreras –todas del granmense-, y entre ambos batearon para .244.
*De todos modos, algunos se lucieron. Son los casos de Yosvani Alarcón, Alexander Malleta, el propio Stayler y Yuniesky Gourriel. Mención aparte para Liván Moinelo, talento y corazón. Bujía.
*Nos fuimos del Premier en el sexto lugar general. Había tal vez un grupo de optimistas que esperaban algo más, pero la realidad siempre supera a la ficción. No es suficiente con desear las cosas. No basta con quererlas o guapearlas. Se necesitan armas para conquistarlas, y este team Cuba era –repito- el más frágil que he visto en tres décadas de ansioso fanatismo. Como dije en la Mesa Redonda hace poco, no ya Víctor Mesa: ni el difunto Pineda, ni Anglada, ni Jorge Fuentes, Tom Lasorda o Billy Martin…, no había manager capaz de ganar el Premier con estos argumentos en sus manos.
*“Sin pánico, señores”, diría ahora el mismísimo general Resóplez. El mundo no se acaba con esto; lo terrible es pensar que ni siquiera empieza.
Positivo: El relevo de Lahera –último jugador llamado a filas en la escuadra- conjuró el espantoso temporal que abatía el montículo cubano.
Negativo: Una vez más, la apertura –ese elemento clave en la pelota- nos falló.
Preocupante: El futuro del béisbol nacional.
Incomprensible: El corring de Vázquez rumbo a la antesala.
Recomendable: No indignarse, no armar un escándalo, no querer sepultar al equipo. A fin de cuentas, el olmo no da peras.
BATEO DE CUBA EN LA CLASIFICATORIA
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