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A propósito

CHE: VUELVO A SENTIRME CÓMODO ENTRE LOS SOMBREROS DE YAREY.

CHE: VUELVO A SENTIRME CÓMODO  ENTRE LOS SOMBREROS DE YAREY.

 

 

A propósito del día del Campesino”

 

                                            Por Aldo Isidrón del Valle

                                             Premio Nacional de periodismo.

 

 Febrero llegó invernal y eufórico; en nuestro calendario se destaca como el mes romántico por excelencia (el día 14 se consagra a los enamorados); En 1959, a unas pocas semanas del triunfo revolucionario, Cuba transpiraba amor de un extremo a otro de su geografía, aunque latía a flor de piel su amargura por el rosario de víctimas de Batista y sus esbirros durante la nefasta dictadura.

 En febrero se publicó en La Gaceta Oficial de la República, una nota que advertía acerca de la modificación del Artículo 12 de la Constitución de 1940. Se adicionó el inciso siguiente:

 “Los extranjeros que hubiesen servido a la lucha armada contra la tiranía derrocada el 31 de diciembre de 1958, en las filas del Ejército Rebelde durante dos años o más y hubiesen ostentado el grado de Comandante durante un año por lo menos, siempre que acrediten esas condiciones en la forma que la Ley disponga, son cubanos por nacimiento.

 De ese modo se considera cubano por nacimiento al Comandante del Ejército Rebelde, doctor Ernesto Che Guevara, por las mismas razones que tuvieron los constituyentes de 1901 y 1940 para considerar como cubano por nacimiento al Generalísimo Máximo Gómez. “ 

 Por aquellos días del segundo mes del año 59, según mi diario “permanecí junto al Che por varias horas y hablé con él, ya en mi condición de periodista y locutor profesional de radio. Fue en El Escambray.”

 Guevara asistía a un mitin de apoyo moral y político a los campesinos; volvía al escenario de su campaña guerrillera en La Villas, iniciada el 16 de octubre del 58, día y año de su llegada a la montaña tras la histórica invasión que partió de la Sierra Maestra.

 Las rústicas viviendas y caminos serranos, mostraban al visitante las cicatrices de heridas graves provocadas por bombardeos aéreos y de morteros como  amargos recuerdos de la guerra.

 Fui designado maestro de ceremonias. Antes de ascender al improvisado escenario en medio del lomerío, consulté al Che varias notas del programa. Me extrañó que su nombre apareciera a un cuarto o quinto turno en el orden de los oradores.

 Algo insólito __pensé __. Me respondió con gesto amable y una sonrisa:

 “__Será el capitán  Calixto Morales, gobernador militar, el orador para el resumen. “Su voz deslizó cada palabra a cuentagotas. Sufría un persistente ataque de asma. Reposaba en un taburete a la sombra de un almácigo, árbol frondoso de resina aromática.  Algunos de los oficiales y otros combatientes del Ejército Rebelde presentes en el mitin,  trataban de mantener intacto el ambiente para que penetrara el oxígeno puro de la montaña. Acción inútil. Unos tras otros llegaban hombres, mujeres y niños al sitio donde acampaba el Comandante para estrechar su mano. No fue negado un saludo  un apretón de manos o un abrazo a tanta gente querida por él.

Vestía el uniforme verde olivo, de campaña. Su rostro me pareció melancólico, quizás por la fatiga que ocasiona el asma o el golpe de recuerdos de compañeros perdidos en la guerra.

 Antes de las intervenciones políticas ,  actuaron los poetas. Una típica fiesta campesina y dos grandes repentistas *: Jesús Orta  (El Indio Naborí) y Adolfo Alfonso, improvisaron décimas, alegóricas al Che Guevara, quien se movía incómodo, en la tribuna. Tal carga de adjetivos lastimaba su modestia.

Presenté a los oradores: dirigentes de sindicatos, asociaciones campesinas y, en nombre del Ejército Rebelde habló el Comandante Guevara. Fue el suyo, un discurso breve, apenas diez minutos Llamó a la unidad revolucionaria y proclamó su solidaridad con los campesinos del  Escambray. En cinta magnetofónica (que aún poseo) grabé sus palabras y ofrezco al lector algunos segmentos:

 (...)  “Es para nosotros motivo de honda evocación estar nuevamente con ustedes aquí (en El Pedrero. Escambray), donde todavía se conservan las cicatrices de la metralla enemiga; cada una de las casas de este poblado puede contar su historia de la guerra, así como cada campesino de esta zona puede contar también su historia personal de la guerra, su historia de sufrimiento, de sacrificio...

 (...) “ Desde ya les digo que vuelvo a sentirme bien entre ustedes, entre los sombreros de yarey, cuando voy a la ciudad no me encuentro realmente. El aire acondicionado no se hizo para mí, y prefiero estar en contacto directo con el pueblo". 

 (...) “El esfuerzo y los méritos de la victoria son del campesino cubano; ahora le toca a ese campesino recoger los frutos de la victoria y ese fruto es la Reforma Agraria; por ello venimos a hablar hoy con ustedes para darles la absoluta seguridad en nombre del Gobierno Revolucionario y del Ejército Rebelde de que la Reforma Agraria aquí seguirá adelante contra cualquier clase de peligro, contra cualquier valla que se pretenda levantar a su paso. No habrá latifundista interno ni enemigo extranjero que pueda impedir la reforma agraria”.

 (...) “ No puede haber poder que los separe de su tierra; no hay poder compañeros, poder legal paz de desalojarlos y si alguien lo intenta tienen hasta el derecho último de agarrar un fusil e impedir que los desalojen”.

 

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