Jornada de aperturas en la Casa de la Prensa
Inaugurado del espacio La Polilla Inquieta, con la presentación de los libros: “La luz, bróder, la luz”, de Joaquín Borges-Triana y “Periodista de provincia”, de José Antonio Fulgueiras. Luego, arrancó el espacio Catalejo, dedicado esta vez al cambio de mentalidad, con la intervención de Manuel Calviño y el cierre musical de Tony Ávila
Lilibet Enriquez Infante
Fotos: Yoandry Avila
La Casa de la Prensa se desbordó de colegas que llegaron este viernes a la inauguración de espacios de debate, presentaciones de libros, encuentros entre colegas, música y té. La Polilla Inquieta y Catalejo, surgen para debatir, reflexionar y discutir temas vinculados al periodismo cubano desde la perspectiva de personalidades de la vida cultural, social, política, económica, deportiva y de la sociedad.
Dos obras de periodistas fueron presentadas en esta ocasión: La luz, bróder, la luz, de Joaquín Borges-Triana y Periodista de provincia, de José Antonio Fulgueiras.
“Un libro escrito desde el talento y la sensibilidad”, aseguró Vivian Núñez, editora jefa de la casa de publicaciones del Centro Cultural Pablo de la Torriente Brau, cuando presentó la segunda edición del texto de Borges-Triana.
Con su mirada de crítico y melómano, el autor explicó que este libro no trata solo de música, pues desde este arte se pueden se pueden observar con otra perspectiva los sucesos de la sociedad cubana y permite entender muchos de los acontecimientos.
Junto a miembros de la presidencia de la UPEC asistió a esta presentación Víctor Casaus, director del Centro Cultural Pablo de la Torriente Brau.
La presentación de Periodista de provincia estuvo a cargo de José Alejandro Rodríguez, quien afirmó que este era un “libro cebolla”, porque conduce a “evocaciones y memorias que producen mucha nostalgia” por la época que refiere, cuando muchos llegaron al periodismo “a tropezones”, “desde la palpitación humana”, por la vía empírica y no la intelectual.
Pepe Alejandro aseguró que el libro de Machete, es una “aventura interminable”, donde se cuenta la historia de una “época dura”, con palabras sencillas pero sin simplezas. Dijo, también, que el texto ofrece señales para “rescatar la ternura en este tiempo, donde todos nos sentimos como principiantes”.
Alina Perera enfocó el Catalejo de este viernes, donde Manuel Calviño disertó sobre el cambio de mentalidad con un decir tan coloquial como un diálogo informal con los amigos. “Hay que cambiar, pero sabiendo a donde tenemos que llegar”, aseguró el profesor. “No se puede tomar como una consigna, ni como una tarea”, sino que necesita un profundo autoanálisis y autocrítica, agregó.
Calviño aseguró que es preciso “romper la inercia del antidiálogo”, “promover el cambio estructural en el país que favorezca el cambio subjetivo”, pero no renunciar a la esencia de la Revolución, sino a todo lo que nos aleje de esa esencia. “Solo, se llega más rápido; juntos, se llega más lejos”, aseveró.
De esas palabras se hizo eco Antonio Moltó, presidente nacional de la UPEC, cuando aseguró que la UPEC está del lado de los “juntos”, pues la organización también está cambiando. “El cambio no va llegar por generación espontánea”, afirmó.
Igualmente, explicó que Catalejo es un espacio para la “provocación”, donde la convocatoria es “pensar a Cuba para mejorarla”.
La oportunidad sirvió también para entregar la Moneda Conmemorativa 50 años de la UPEC al profesor Manuel Calviño y el carnet de la organización a un grupo de jóvenes periodistas de la prensa escrita.
La Delegación Ramal de la Prensa Escrita invita a los colegas a estos espacios el primer y tercer viernes de cada mes.
Viernes, 1 de noviembre de 2013
(Cubaperiodistas.cu)
0 comentarios