Blogia
A propósito

El flash de Liborio.

Aunque insiste en declararse “un fotógrafo común y corriente”, Liborio Noval ya tiene su espacio en la historia de la fotografía cubana y, más que eso, en la historia toda de este país.

Pero lo hermoso es que él mismo sigue sorprendiéndose de cómo fueron las cosas, porque “cuando veo las fotos de aquella época, y las cámaras y lentes que usábamos; cuando me acuerdo de los reveladores que preparábamos y del corre-corre de aquellos días, me pregunto cómo es que logramos hacer todo aquellos, sin fotómetro, sin telefotos, sin flash… y ahora los que ven las fotos dicen que son maravillosas, estupendas y no sé qué más”.

Este fotógrafo emblemático, a quien debemos esas instantáneas de Fidel que también contemplarán nuestros biznietos, decide ahora compartir en exclusiva para Cubasí cuál será la imagen del Fidel Castro que llegará
a su recuerdo al llegar la media noche.

“La imagen de Fidel que evocaré este fin de año va a ser la que tengo al lado de mi computadora: Fidel con boina, realizada el 7 de diciembre de 1961, en el Cacahual. En esa foto Fidel tiene una mirada especial, tú caminas de un lado al otro y él te mira siempre.

“Es mi foto preferida, y también el primer rostro que le hice, ya cumplió este diciembre 50 años. Desde hace mucho tiempo he dicho que siempre veo a Fidel como un ser humano. No es lo mismo, y quiero se me entienda, contemplarlo y oírlo en la Plaza, o en el Palacio de las
Convenciones en un Congreso, que verlo en recorridos por el país, llegando a un pueblo donde la gente se vuelca a la calle para saludarlo, ser testigo de cómo el Gigante -así  yo lo llamo-, conversa con todos, ancianos, jóvenes, preguntándoles de sus vidas, o haciendo
un chiste con un trabajador.

 “O como cuando estábamos de viaje al extranjero, y nos preguntaba, preocupado, cómo estábamos, si teníamos algún problema. O cuando me operaron a corazón abierto, cosa que él no sabía, y un día en la Mesa Redonda -en los días de la batalla por el regreso de Elián-, al enterarse, me peguntó tanto que le tuve que explicar todo el proceso de la operación y la recuperación. Estuvimos más de diez minutos hablando y me dijo: ‘tienes que cuidarte’. A partir de ahí, siempre
que nos veíamos me preguntaba por mi salud.

“Esta noche, despidiendo al Año Viejo y recibiendo al jovencito, brindaré por un aniversario más de nuestra Revolución y por la salud del Gigante, porque nos dure muchos años más, que lo necesitamos para
seguir consolidando nuestro Socialismo”.

Pregunto a Liborio qué diría a Fidel si a esa hora pudiera hablarle por teléfono, y  su respuesta es tan simple como grande: “Que aquí estamos, como siempre, dispuestos a hacer lo que siempre hemos hecho.”
Y lo que siempre ha hecho este mago del lente no es otra cosa que testimoniar en imágenes y para el porvenir los andares de esta Revolución de Gigantes.

 2 de enero 2012.

Fuente: Vladia Rubio

 

0 comentarios