Discurso de Machado Ventura en Ciego de Ávila: No variará jamás nuestra decisión de construir el socialismo
Compañero Raúl;
Combatientes del 26 de Julio;
Compatriotas avileños y de toda Cuba:
A cincuenta y ocho años de las heroicas acciones del 26 de julio de 1953, nuestro primer recuerdo para quienes, en aquel día glorioso, ofrendaron su vida, muchos de ellos en las horas siguientes a los acontecimientos, víctimas de la cobarde y brutal represión desatada por la tiranía batistiana.
Llegue nuestra gratitud a todos los participantes en aquella gesta y a nuestro pueblo combatiente, cuya inquebrantable voluntad de lucha continúa siendo la principal garantía de la libertad y del derecho a ser dueños de nuestro destino, conquistados el primero de enero de 1959.
Celebramos el acto central de conmemoración del Día de la Rebeldía Nacional, por tercera vez, en esta provincia de Ciego de Ávila. La primera fue en 1980, pocos años después de la división político-administrativa que le dio su fisonomía actual a este territorio. La segunda, tras más de 20 años, en el 2002. Y ahora, como justo reconocimiento a los avances en múltiples esferas, vuelven los avileños a obtener la sede.
Esta es tierra de mambises como los hermanos Gómez Cardoso y el coronel Simón Reyes, de líderes obreros incorruptibles como Tomás Grant y Enrique Varona, de jóvenes revolucionarios como Raúl Cervantes, Ricardo Pérez Alemán, Pedro Martínez Brito y de Roberto Rodríguez, “El Vaquerito”, todos ellos dignos y gloriosos representantes de esta provincia e inspiradores de la nueva generación.
En Ciego de Ávila también hay ejemplos de cómo trabajar para vencer los retos que hoy tiene el país, en particular en el plano económico, en medio de una adversa coyuntura internacional. Los resultados alcanzados en los últimos años, principalmente en la agricultura, sin obviar los obtenidos en otros sectores, tuvieron un peso determinante en la decisión del Buró Político de otorgarle la sede de este acto.
Cumplimos el grato deber de transmitirles la felicitación de Fidel, Raúl y todo nuestro pueblo a los obreros, campesinos, combatientes, estudiantes, amas de casa, jubilados, en fin, a todos los avileños, protagonistas de los avances obtenidos.
No obstante, ustedes conocen bien que lo logrado está lejos de las potencialidades existentes. Así lo analizó con crudeza la asamblea provincial del Partido efectuada en días pasados, que, por cierto, dedicó poco tiempo a mencionar éxitos.
Como expuso aquí en breve síntesis el compañero Jorge Luis Tapia, Ciego de Ávila tiene muchas tareas decisivas por delante en la producción de alimentos, la zafra azucarera y el desarrollo del turismo en los cayos del norte de la provincia, por mencionar sólo tres frentes relevantes.
Hace unos momentos el General de Ejército Raúl Castro, Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, entregó los diplomas de destacadas a las provincias de Villa Clara, que fue ganadora de la emulación el año pasado y lleva trece años ininterrumpidamente en el pelotón de vanguardia, y a Cienfuegos, que registra un avance apreciable en sectores importantes. Por esas razones hacemos extensivo nuestro reconocimiento a los villaclareños y a los cienfuegueros. En honor a la verdad, debemos decir que no resultó fácil definir un ganador dentro de este grupo que se encuentra en la delantera del extraordinario esfuerzo que viene realizando el país en su conjunto.
Estos resultados tienen una significación especial, pues se han alcanzado en el año del Sexto Congreso del Partido, donde tras una rica y fructífera discusión popular, fueron aprobados los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución, que constituyen la brújula para la actualización de nuestro modelo económico.
Del Congreso para acá, se trabaja intensamente en el cumplimiento de sus acuerdos. La Comisión Permanente del Gobierno para la Implementación y el Desarrollo de los Lineamientos, emprendió su actividad, dirigida a conducir armónicamente los esfuerzos y acciones de todos los organismos y demás instituciones involucrados en dicha actualización, la cual incluye también el perfeccionamiento funcional y estructural del Gobierno, a los diferentes niveles y de la Administración Central del Estado, así como la elaboración y aprobación de las normas jurídicas necesarias para respaldar las modificaciones que se adopten.
Si importantes fueron las sesiones del VI Congreso del Partido, las acciones previas y posteriores a su realización, también lo han sido; las que constituyen una contundente demostración de patriotismo, madurez política, unidad y decisión de preservar el socialismo, por la inmensa mayoría de los cubanos.
Nuestro pueblo ha hecho suyo este proceso porque vio en él la exposición clara y valiente de los principales problemas del país, y sobre todo una concepción realista de cómo enfrentarlos.
Debemos cumplir cabalmente la orientación del compañero Raúl, de que lo que acordemos no puede convertirse nunca más en un papel que duerma el sueño eterno en la gaveta de un buró.
Lo que aprobó el Congreso del Partido es también compromiso para todos los niveles y especialmente para los centros de producción o servicios, que es donde se materializan las decisiones adoptadas.
Hay que romper definitivamente la mentalidad de la inercia, esa que conduce a sentarse a esperar mirando para arriba; a pensar primero en lo que falta o sería bueno tener, antes de evaluar con objetividad cuanto más puede hacerse con lo disponible.
La dirección del país continúa dando prioridad al cumplimiento del plan de la economía y a la producción de alimentos, bajo las graves consecuencias que produce el incremento de sus precios en el mercado internacional.
Se ha avanzado en la entrega de tierras ociosas en usufructo, al amparo del Decreto-Ley No. 259 del 2008, y aunque ya se aprecia en no pocos lugares un impacto positivo en la elevación de los resultados productivos, tenemos que encarar resueltamente las limitaciones que afectan su total implementación. Todavía hay empresas y formas productivas que no declaran toda la tierra ociosa o deficientemente explotada que tienen, a lo que se añade la demora en la ejecución de los trámites para proceder a la entrega de las mismas. Por otra parte, algunos de los que ya las recibieron tienen morosidad en ponerlas en producción, y también está faltando atención y capacitación a los nuevos usufructuarios por las entidades de la Agricultura y por la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP).
En general, quedan muchas reservas por explotar en la producción agropecuaria. No siempre se siembra en el momento más oportuno, lo cual no está vinculado en todos los casos a falta de recursos o no recibirlos a tiempo. Persisten debilidades en el proceso de contratación y comercialización de las producciones. A estos temas, que discutimos con fuerza en las asambleas provinciales del Partido que culminaron hace unos días, les seguiremos prestando la máxima atención.
En nuestro actuar cotidiano debemos convertir en realidad lo expresado por el compañero Raúl en las conclusiones del VI Congreso del Partido, cito:
“Para alcanzar el éxito en esta cuestión estratégica y en las demás, es preciso que de inmediato nos concentremos en hacer cumplir los acuerdos de este Congreso, bajo un denominador común en nuestra conducta: el orden, la disciplina y la exigencia”. Hasta aquí sus palabras.
No podemos sentirnos satisfechos hasta sumar a cada trabajador y dirigente administrativo al combate por la eficiencia económica; la organización y exigencia sistemáticos; contra la indisciplina social y laboral, la deficiente contabilidad, el mal aprovechamiento de los recursos, las actitudes burocráticas generadoras de rutina, indolencia o esquematismo y contra procedimientos absurdos que nada tienen que ver con el socialismo.
No ignoramos la falta de determinados recursos o la existencia de problemas organizativos ajenos al centro laboral, que afectan directa o indirectamente el esfuerzo de sus trabajadores y cuadros administrativos, pero el hecho de que algunos colectivos laborales obtengan resultados muy superiores a otros, a pesar de actuar en escenarios similares, demuestran de manera palpable cuantas reservas aún no se explotan convenientemente.
En la batalla económica que libramos es imprescindible la eliminación del derroche y los gastos superfluos. Ahorrar, trabajar con la máxima racionalidad posible de fuerzas y recursos es una necesidad imperiosa en todos los sectores. Eso depende de cada uno de nosotros. Un pueblo culto, educado y organizado como este, que se enfrenta desde hace más de cincuenta años al bloqueo más prolongado de la historia, tiene que sacar el máximo a los recursos con que cuenta.
A la par con las medidas que se vienen adoptando por el Gobierno, se ha estado trabajando, desde el Partido, con el objetivo de controlar, impulsar y exigir el cumplimiento de los Lineamientos; en delimitar sus funciones de las que corresponden a las administraciones; en conocer los problemas en cada lugar, para alertar oportunamente, con argumentos sólidos, y eliminar lo que afecte la buena marcha del plan de la economía y el cumplimiento de los acuerdos alcanzados.
Sobre todo esto discutimos en las asambleas provinciales y en los Plenos ampliados de los comités municipales del Partido, recién realizados. También se ha hecho en reuniones de secretarios generales de las organizaciones de base y se está desarrollando el proceso en los núcleos de los centros de trabajo. Dentro de unos días efectuaremos un Pleno del Comité Central, que dará continuidad, como acordó el Congreso, al análisis de estos temas.
Simultáneamente, estamos trabajando en la elaboración de los documentos que serán discutidos en la Conferencia Nacional del Partido, de la que apenas nos separan seis meses. Si bien el Congreso se dedicó al análisis de la economía, en la Conferencia abordaremos los cambios que tenemos que hacer en los métodos y estilo de trabajo del Partido, para precisar y consolidar su papel de vanguardia organizada de la Revolución Cubana y fuerza dirigente superior de la sociedad y el Estado, para fortalecer la democracia interna y hacer su labor más dinámica y consecuente con los cambios y transformaciones que experimenta nuestra sociedad. Vamos a tratar la política de cuadros y a revisar los conceptos y los métodos con los que nos relacionamos, con la UJC y las organizaciones de masas. Precisaremos, además, el papel del Partido en la dirección y el control sistemático del proceso de actualización del modelo económico y de la marcha de la economía. Como parte de esto último, proyectaremos el trabajo de nuestra organización política de manera que se dejen atrás prejuicios hacia el sector no estatal de la economía.
Como se acordó en el Congreso, los documentos que serán sometidos a la Conferencia Nacional se debatirán previamente por los militantes y los organismos de dirección del Partido y también, según corresponda, por las estructuras de dirección de la UJC y las organizaciones de masas en sus diferentes niveles.
Al pueblo le hablamos claro. Puede tener la seguridad de que vamos, como se ha dicho, “sin prisas, pero sin pausas”. Se trabaja sistemáticamente, siguiendo la línea trazada, y de una manera integral, porque no estamos poniendo parches ni improvisando, sino buscando soluciones definitivas a viejos problemas. Con pies y oídos bien puestos sobre la tierra, muy atentos a la opinión de la gente, listos para rectificar sobre la marcha, ajustar el ritmo y adoptar nuevas decisiones.
Al cumplirse dos siglos del inicio de la gesta independentista en el continente americano, baten con mayor fuerza aires de autodeterminación y justicia social.
La Alianza Bolivariana para los pueblos de Nuestra América (ALBA) se fortalece y ya constituye una prueba fehaciente de cuánto podemos hacer promoviendo lo mucho que nos une con respeto absoluto a la soberanía de cada país.
Continúa el avance de las fuerzas progresistas en el hemisferio. Ejemplo de ello es la próxima toma de posesión, el 28 de julio, de Ollanta Humala como Presidente de Perú, quien enarbola un programa nacionalista y de mayor equidad en la distribución de la riqueza. Cuba le desea éxitos en ese empeño tan necesario a un pueblo hermano.
Compañeras y compañeros:
La batalla de hoy tiene un frente decisivo en el combate cotidiano y sin tregua contra nuestros propios errores y deficiencias.
Contamos con lo básico para lograr el despegue paulatino de la economía nacional: un pueblo preparado y dispuesto y al menos con los recursos imprescindibles, en primer lugar con la tierra, que estamos aún lejos de explotar siquiera satisfactoriamente.
Estamos conscientes que, además de las limitaciones materiales, requiere tiempo cambiar la forma de pensar de las personas, única vía para variar su modo de actuar.
Los dirigentes políticos o administrativos debemos estar conscientes de que antes de hablar, se debe escuchar con atención y sobre todo tener en cuenta lo que dicen los demás, no solo en las reuniones sino conversando individualmente con los compañeros, sin que nadie se crea dueño de la verdad absoluta.
Antes de exhortar a emprender una tarea, es necesario informar todo lo referente a la misma y explicar las razones que la hacen necesaria, hasta que así lo comprendan todos o al menos la mayoría de los que deben ejecutarla. Y para lograrlo resulta primordial predicar con el ejemplo.
Fidel, hace ya once años, nos llamó a cambiar todo lo que debe ser cambiado, y ratificó, en su Reflexión del pasado 17 de abril, la importancia de observar ese principio por las nuevas generaciones de revolucionarios, con la convicción de que lo único que no variará jamás, es nuestra decisión de construir y defender el socialismo, que en esencia, dicho con sus palabras: “Es también el arte de realizar lo imposible: construir y llevar a cabo la Revolución de los humildes, por los humildes y para los humildes, y defenderla durante medio siglo de la más poderosa potencia que jamás existió”, fin de la cita.
Estamos seguros de que el pueblo de esta provincia seguirá combatiendo, junto al resto de los cubanos, con el mismo brío y fervor patriótico que asombró a Cuba y al mundo aquel 26 de julio de 1953 y unidos, junto a Fidel, a Raúl y a nuestro Partido, una vez más ¡Venceremos!
¡Gloria eterna a los mártires del 26 de Julio!
¡Viva la Revolución!
¡Viva el Socialismo!
Gracias
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