Baldomero Álvarez Ríos. Un hombre que nació para escribir
Acercamiento a la vida y obra de Baldomero Álvarez Ríos, Premio Nacional de Periodismo José Martí en 1999
Karla Valero Tieles (estudiante de primer año de Periodismo, Facultad de Comunicación, Universidad de La Habana)
“Baldomero es uno de los periodistas cubanos más significativos, tan grande como su modestia, su sencillez y su humildad”, así fueron las primeras palabras de Ernesto Vera, Presidente de Honor de la Federación Latinoamericana de Periodistas (FELAP), cuando le pedí que habláramos sobre este hombre.
A sus 84 años de edad, la salud de Baldomero no es la mejor, ello impidió que pudiera entrevistarlo. Pero la vida de este hombre no está dormida entre quienes fueron sus compañeros de trabajo durante una larga y productiva carrera profesional. ¿Quiénes mejor que ellos para contar su historia?
“Desde sus inicios, Baldomero Álvarez fue un periodista creativo, dedicado, que con cada trabajo logró demostrar una gran eficiencia. Siempre fue un hombre enamorado de su profesión”, continúa Vera.
“Comenzó en el noticiero Tribuna Libre. Fue redactor de deportes, además de trabajar para diarios como Resumen, Acción, La Nación, La Discusión y Finanzas”.
“En la década de 1950 escribió para las emisoras Radio Reloj y Unión Radio. En esta última colaboró, con otros compañeros como Roberto Agudo, en la búsqueda de información sobre lo que realmente sucedía en la Sierra Maestra, para luego publicar en el exterior, en especial en los Estados Unidos. El día 1 de enero de 1959, junto a un grupo de periodistas, tomó la emisora para transmitir los primeros partes revolucionarios y hacer el llamado a la huelga general.
“También se destacó no solo por ser un buen periodista, sino que demostró ser un gran revolucionario, comprometido con la verdad. La osadía fue una característica de Baldomero desde siempre. Quizá por eso ha llegado tan lejos, porque para esta profesión es necesario amar la verdad más que a nada y tener, igual que él, plena convicción en los ideales, al punto de defenderlos por encima de todo, aún cuando esto pueda costar caro.”
Mucho supo de esto Baldomero, quien se salvó de la muerte por un “pelito”. Fue en los tiempos en que trabajaba como corresponsal en La Habana para Visión, una revista editada en Nueva York, pero que tenía gran difusión en los países de América Latina.
En 1955, por la situación en la que se encontraba Cuba, Baldomero consideró oportuno aceptar la invitación que le ofrecían para trabajar en dicha publicación; sobre esto comentó en una ocasión: “En mi criterio, la situación cubana resultaba propicia para aceptar tal oferta. Habían transcurrido los sucesos del asalto al cuartel Moncada, había nacido un líder revolucionario indiscutible, Fidel Castro, y el régimen anticonstitucional de Batista, resultado de un golpe militar, en fin, una situación que podría atraer el interés de aquellos editores de Visión. Pensé y estaba convencido de que lograríamos divulgar en las páginas de esa revista muchos sucesos y anécdotas favorables al empeño revolucionario.”
Así lo hizo, pero esa actividad pronto comenzó a incomodar a la tiranía y no tardaron en dar muestra de ello. Álvarez Ríos fue llevado al cuartel militar de Columbia por agentes del Servicio de Inteligencia Militar y fichado por el Buró de Represión de Actividades Comunistas (BRAC) . Esto sucedió, según le informaron, por sus vínculos con la Juventud Socialista.
A pesar de ello continuó su actividad profesional. Años más tarde, Batista concedió una entrevista al director de Visión, y mostrándose muy interesado preguntó por el nombre del corresponsal de la revista en Cuba. Fue una gran indiscreción que éste revelara la identidad de Baldomero.
Al triunfo de la revolución se descubrió su nombre en un listado de opositores que la tiranía se proponía asesinar el día 6 de enero. En relación con esto, Juan Marrero, vicepresidente de la Unión de Periodistas de Cuba, recuerda: “El Día de los Reyes. Ese era el regalo que le tenía preparado Batista.” Y Vera concluye: “Si no llega a triunfar la revolución, lo hubiesen matado.”
Entre las tantas responsabilidades que tuvo a lo largo de su carrera están las desempeñadas al frente del Colegio Provincial de Periodistas, del cual fue Vicedecano en 1957 y Decano dos años más tarde. Su desempeño en esta institución fue de suma importancia y quedará por siempre en la historia del periodismo cubano, ya que al mando del Colegio, Álvarez Ríos tuvo un rol clave en todo el proceso de depuración que se realizó debido a la gran cantidad de periodistas que se corrompieron y faltaron a la ética durante el período de la dictadura de Batista.
Su participación fue muy activa y de gran participación en la creación de lo que se denominó Frente Revolucionario de Periodistas, en la conformación de las Milicias Periodísticas Félix Elmuza, de las comisiones de libertad de prensa y en la implantación de la coletilla.
La coletilla surgió como método de enfrentamiento a la campaña contra la revolución que se llevaba a cabo en los medios. Los periodistas, los locutores y los trabajadores gráficos, crearon un movimiento y constituyeron comisiones de libertad de prensa en los periódicos donde esto sucedía.
Cada artículo en el que se difamaba a la revolución cubana era publicado, pero al final del mismo salía una coletilla que declaraba que la anterior información era divulgada en nombre de la libertad de prensa existente en el país, y por decisión del director del periódico; pero que los periodistas y trabajadores gráficos de la publicación la consideraban falsa y, por tanto, no estaban de acuerdo con la misma. Este método fue puesto en práctica también en la radio, y fue Baldomero su principal impulsor.
Sobre este tema recordó Vera: “Él fue el primero en denunciar a la prensa reaccionaria y en sumarse a las luchas del periodismo revolucionario. Después lo hicieron centenares, pero él fue el primero y eso es importante.”
En 1959 participó en la organización para la fundación de la Agencia Prensa Latina, que se creaba por la necesidad de América Latina, hasta el momento sin voz propia, de defenderse y darse a conocer dignamente ante el mundo.
“Precisamente Baldomero es el que habla conmigo para ver si yo quería ir a trabajar a Prensa Latina, en el proyecto que se estaba organizando a principios de la Revolución”, recuerda Marrero.
A estas alturas de más indagación, pienso que Baldomero tiene la receta para lograr que una sola vida alcance para hacer mucho. Los que lo conocen bien, aseguran que tras su rostro de aparente pasividad, se esconde ese impulso incontrolable que lo ubicó siempre a la vanguardia.
En 1961 fundó Radio Habana Cuba, emisora de la cual fue director. Participó en la creación de la Unión de Periodistas de Cuba y formó parte de su presidencia en varias ocasiones: en 1974, en el III Congreso de la organización fue electo Secretario de Relaciones Exteriores, y en 1980, en el IV Congreso, Vicesecretario General, cargo que ocupó hasta 1986.
Con la satisfacción que produce el recuerdo de los buenos tiempos, Ernesto Vera evocó la maravillosa experiencia que resultó trabajar junto a Baldomero cuando él ocupó la presidencia de la UPEC.
“En ese tiempo, jamás entró a la oficina sin pedir permiso por más que le insistía que aunque estuviera atendiendo a quien fuera, él tenía el derecho de entrar en mi despacho libremente; pero Baldomero jamás lo hizo, es un hombre sumamente respetuoso.”
Álvarez Ríos fue Secretario General de la Federación Latinoamericana de Periodistas (FELAP) con sede en México. Durante varios años ocupó ese puesto en representación de la UPEC.
En 1971 participó en un viaje a Chile, Lima y Guayaquil junto a una delegación de periodistas que acompañaba al Comandante en Jefe Fidel Castro. Para Baldomero la oportunidad fue única y constituyó un privilegio. Las memorias quedaron registradas en su libro Chile, el viaje de Fidel de Iquique a Tierra del Fuego.
Otros títulos como La revolución de Martí, o Serás cubano, lo consecuente y lo imprescindible en Pablo de la Torriente Brau, revelan una de sus grandes pasiones: la historia. Baldomero ha sido un profundo investigador que ha dedicado mucho tiempo al estudio de los anales del periodismo y de la Revolución cubana.
No son pocas las distinciones que por sus méritos profesionales recibió Baldomero, antes y después del triunfo de la revolución: los premios Enrique José Varona, Álvaro Reynoso y 26 de Julio. El más reciente, la Medalla Conmemorativa del 30 Aniversario de la Federación Latinoamericana de Periodistas, le fue entregado en el 2007.
Álvarez Ríos tuvo el honor de ser el primero en recibir esta condecoración, entregada a varios de los fundadores de la institución. El reconocimiento le fue entregado de manos de Ernesto Vera. Al contar sobre ese día, Vera recuerda Álvarez Ríos se sintió muy feliz y emocionado.
Pero quizá uno de los más especiales de tantos reconocimientos que ha recibido, sea el Premio Nacional de Periodismo José Martí, el cual tiene gran significación en la prensa cubana: el más alto galardón que concede la Unión de Periodistas de Cuba. En 1999, en ocasión del VII Congreso de la UPEC, se hizo entrega Por la obra de la vida, a 15 de los más sobresalientes profesionales del gremio, entre los que se encontró Baldomero, y lo recibió de manos del Comandante en Jefe Fidel Castro.
En la legión de profesionales dignos de seguir, está en la prensa cubana por derecho propio Baldomero Álvarez Ríos. A él también debemos, en gran medida, mucho de lo que es hoy el periodismo cubano.
Esta entrevista forma parte del libro en preparación sobre los Premios Nacionales de Periodismo José Martí, escrito como examen final del género por alumnos de Periodismo de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana.
Fuentes Consultadas:
Documentales:
Ficha Técnica proporcionada por la UPEC.
Artículo Lo iban a asesinar el Día de los Reyes de 1959, por Juan Marrero, espacio Cronistas de su tiempo de la web: www.cubarte.cult.cu
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