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A propósito

Addys y Froilán

Puede que nadie en Cuba, o acaso en Latinoamérica, ni los más encumbrados historiadores, hayan escrito tanto sobre el Che como estos dos guevarianos. Puede que ningún otro estudioso de la obra del Guerrillero haya recorrido tantas veces los trillos de Ñacahuazú a La Higuera. Puede que no exista en la Isla una galería más valiosa de rostros de San Ernesto como la que estos dos cubanos atesoran y comparten en su propia casa de la capitalina calle San Lázaro.

¿Quién no los conoce en nuestra tierra? ¿Quién, que ame al Che, no ha leído al menos una de sus medulares búsquedas? Unidos en el amor y en la escritura, Addys Cupull y Froilán González han redactado casi una veintena de libros sobre el Nacedor perpetuo. A ellos se debe la investigación que contextualizó El Diario del Che en Bolivia. Por ellos, hemos sabido de los ímpetus tempranos del joven Ernesto, su decisión vibrante de demoler la injusticia, el pulso invariable que le acompañó en los momentos terribles, y también la sórdida amenaza que lo cercó y quiso —sin éxito— degollar su leyenda.

Antes de Guevara habían pasado por Martí y por Mella, otras de sus pasiones investigativas, y de las que también han redactado montañas de revelaciones. Mella los llevó a Tina Modotti; el propio Guevara los condujo a su mamá Celia de la Serna y a los humildes bolivianos que cayeron en la guerrilla. Periodista Addys, abogado Froilán, sus indagaciones parecen reactivarse continuamente con el combustible que solo conocen los apasionados: entrevistan, leen, desbrozan, sueñan. Y después, con la humilde tranquilidad de quien abona el surco, comparten los diamantes de su quimera: el saber, que solo se avergüenza de que lo escondan.

Así han armado una familia inmensa: tres hijos, seis nietos, decenas de amigos y vecinos que los quieren. Froilán no ha olvidado su terruño en Puerto Padre; Addys aún lleva con prestancia su timbre santiaguero. Rondando las siete décadas, de las cuales casi cinco han permanecido juntos, esta pareja de juveniles empeños tiene tantos proyectos que da gusto oírlos avanzar en el aire por las sendas de lo desconocido. A mí, sin embargo, cada vez que los escucho, como hace poco con un grupo de futuros periodistas, se me antoja que su mejor libro, el best seller que los consagra, sea acaso haber descubierto, al estilo martiano, la auténtica fibra para ser buenos.

Fuente: JUVENTUD REBELDE

6 de Noviembre del 2014 0:19:25 CDT

Diario de la juventud cubana

 

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